Al hablar de cremas antimanchas solemos pensar en el otoño. Esa es la época en la que empezamos a ver la peor cara del sol sobre nuestra piel en forma de manchitas, léntigos solares y otras pequeñas pesadillas estéticas… Sin embargo, este momento –antes de que dé comienzo la primavera– resulta también idóneo para cambiar nuestra rutina de cuidados y pasarnos a los tratamientos despigmentantes.
¿La razón? La mejor forma de combatir las manchas es prevenirlas. Y seguir una rutina dirigida a unificar nuestro tono cutáneo y regular la producción de melanina es una gran arma de prevención. Además, la mayor parte de estos tratamientos suelen tardar entre dos y tres meses en demostrar sus resultados: tiempo suficiente para llegar al verano con la piel lo más uniforme posible.
De noche y también de día
Es bastante habitual relacionar la palabra despigmentante con la noche. “De hecho, algunos principios activos, como la hidroquinona o el ácido kójico, que actúan de forma directa sobre el metabolismo del melanocito, se deben aplicar antes de ir a la cama”, afirma Sara Carrasco, dermatóloga miembro de la Fundación Piel Sana de la AEDV. Por el contrario, “otros, como el ferúlico, es fundamental que se apliquen de día”, añade. En cualquier caso, si empiezas con una rutina antimanchas, deberás aplicarte SPF50 a diario.