El amor que causan las pecas tiene su porqué “son atractivas y reflejan un rostro saludable. La tendencia es resaltar su singularidad sin ocultarlas ni eliminarlas, como sí ocurre con los léntigos y las manchas”, dice el doctor Javier Capote, médico estético de Clínica Premium Marbella.

Para empezar, es necesario aclarar qué son y por qué no están presentes en todas las pieles. “Las pecas, también llamadas efélides, son manchas pequeñas de color marrón claro que aparecen en las zonas más expuestas al sol como cara, pecho, brazos y piernas. La predisposición para tenerlas es genética debido a la presencia del gen receptor de la melanocortina-1, también conocido como MC1R. Son más frecuentes en mujeres y disminuyen con la edad”, explica Karen Valera, médico estético de Tacha Beauty. Estas pequeñas hiperpigmentaciones son concentraciones de melanina que aparecen en verano y suelen desaparecer en invierno, aunque muchas personas las tienen todo el año en mayor o menor intensidad. “Se multiplican en la época estival porque la piel recibe una radiación alta que activa sus sistemas de defensa y, aunque no implican daño, indican que esa piel no se defiende de forma adecuada ante el sol o es muy sensible a la radiación”, añade Sara Carrasco, dermatóloga del Gedet, grupo español de dermatología estética y terapéutica.

Nadie nace con ellas. Como explica la doctora Mar Mira “ningún bebé tiene pecas porque las células de pigmento suben a la superficie con la edad, normalmente a partir de los dos años”. Aproximadamente el 25% de la población tiene pecas y suele darse en personas de pieles blancas y cabello claro, en especial los pelirrojos. “Suelen tener un fototipo I y II (muy blancas) no se broncean nunca y se queman con facilidad. Por tanto, deben tomar medidas especiales para protegerse del sol como limitar el tiempo de exposición solar, usar ropa que proteja la piel, sombreros y filtros de protección solar de amplio espectro durante todo el año”, comenta Geo Logusso, medical manager de Isdin. Si en verano se oscurecen y comienzan a estar muy abarrotadas es porque hay exceso de sol. A las que tienen pecas permanentes (o estacionales), les resulta complicado mantenerlas nítidas y contenidas. Expertos nos dan las claves para sacarles el máximo partido o fingirlas si careces de ellas.

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